¡Tierra y Libertad!: Una historia breve del Partido Liberal Mexicano en Douglas, Arizona.

Este artículo fue publicado en la edición de otoño-invierno 2020 del Cochise County Historical Journal, una publicación de la Sociedad Histórica del Condado de Cochise, POB 818, Douglas, Arizona 85608.

¡Tierra y Libertad! Una breve historia del Partido Liberal Mexicano en Douglas, Arizona

Comencé este proyecto cuando Héctor Salinas me mostró una carpeta de artículos y me pidió investigar al Partido Liberal Mexicano (PLM) en Douglas. Era 2016 y yo acababa de concluir mi tesis de doctorado, publicada más tarde como libro, que se centra en los revolucionarios en Chihuahua en la década de 1960.[1] Estaba buscando un proyecto en el condado de Cochise, al noreste de Sonora. La carpeta de Héctor reflejaba la extensa investigación que había hecho algunos años atrás e incluía artículos sobre la Deportación de Bisbee, la Huelga de Cananea y lo suficiente para estimular mi curiosidad sobre el Partido Liberal Mexicano, un precursor de la Revolución mexicana, que organizó a trabajadores de ferrocarriles y fundiciones en Douglas durante los primeros días. Leí todo aquello y encontré una excelente tesis de doctorado no publicada (¡gracias, Ellen Howell Myers!), que me entregó notas al pie que condujeron a más notas al pie. Visité las colecciones especiales y las bibliotecas de derecho en la University of Arizona, e intercambié correspondencia con diversos bibliotecarios a lo largo del país. Recibí copias digitales del periódico Wobbly en español  de Phoenix, La unión industrial, de un archivo en Ámsterdam. Todavía estoy buscando el periódico del PLM, El Demócrata, publicado en Douglas alrededor de 1906–1907.

Me reuní con frecuencia con Héctor y Ginny Jordan, en la oficina del Muro de Rostros en el Gadsen Hotel. Lanzamos este sitio web, revoltososindouglas.com, y el 5 de mayo de 2019 presenté mi investigación en el Gadsden Hotel en Douglas. Aquí está lo que aprendí sobre el Partido Liberal Mexicano en Douglas.[2]

El Partido Liberal Mexicano

El Partido Liberal Mexicano se fundó en México en 1901 para oponerse a la dictadura de Porfirio Díaz. Los líderes del PLM trajeron con ellos su periódico Regeneración cuando, en 1904, el régimen de Díaz respondió exiliándolos a los Estados Unidos. Se quedaron en la frontera, donde se organizaron entre las comunidades mexicanas y continuaron su labor de agitación contra la dictadura. Fueron heraldos de la Revolución de 1910 e inspiraron las disposiciones más radicales de la Constitución de 1917.[3] Fueron internacionalistas ejemplares, opuestos al capital, al Estado y a la Iglesia.

Los años 1800: el pasado turbulento de México

El siglo XIX fue de caos generalizado: la guerra de Independencia de España dejó al país agotado y en la bancarrota. México fue invadido por España, los EE. UU. y Francia, y perdió sus territorios del norte ante los Estados Unidos en 1848. Hubo guerras civiles que enfrentaron a los conservadores, aliados con los grandes terratenientes y la Iglesia Católica, en cierta época el mayor terrateniente de todos, contra los liberales, que acusaron al antiguo régimen de saquear los recursos de México, y en especial a su pueblo, sin desarrollar la producción. Los conservadores favorecían una economía de plantaciones. Los liberales favorecían la expansión de las libertades individuales y la sociedad civil que diera espacio al capitalismo para crecer. Para los pobres, el liberalismo significaba la libertad de abandonar las comunidades rurales y entrar a la fuerza de trabajo en condiciones desventajosas, y trocar las tradiciones de la vida en los pueblos por la disciplina del trabajo anónimo.[4]    

Trescientos años de dominio colonial español no desarrollaron adecuadamente las fuerzas productivas del país; las industrias se vieron encadenadas para que no compitieran con España y la economía se basaba en la extracción de los recursos. Los españoles impusieron impuestos elevados e intentaron ejercer un monopolio comercial. El inmenso botín de plata y oro del Nuevo Mundo se envió al otro lado del océano y se gastó en el consumo de lujo y en guerras contra Inglaterra, Francia y el Imperio Otomano. Una élite minúscula regía sobre vastas haciendas, con una fuerza de trabajo residente, conocida como los peones, que producía tanto para el consumo interno como para la exportación. La Iglesia Católica estaba aliada con la élite y era el principal prestamista y terrateniente.                                                            

Los Estados Unidos habían sido colonizados en su mayor parte por familias que huían de la persecución religiosa y buscaban nuevas vidas. Cuando fueron incapaces de someter al trabajo a los pobladores indígenas, los colonos expulsaron y exterminaron a los pueblos originarios. En el sur, importaron esclavos africanos para trabajar en las enormes plantaciones que producían cultivos comerciales para el mercado. En el norte, desarrollaron industrias, algunas de las cuales dependían de los productos del trabajo esclavo en el sur, como el algodón.                                    

Los españoles que conquistaron México venían a hacer fortuna y volver a su tierra natal, con frecuencia no traían a sus familias y tomaban a las mujeres indígenas como concubinas. Convirtieron a los indios a la cristiandad y los pusieron a trabajar. A su descendencia se le conoce como mestizos, que significa “mezclados”, quienes conformaron un estrato intermedio y subordinado. Hoy en día, la distinción entre indígena y mestizo es cultural y no biológica; los indios que hablan español y viven fuera de su tierra natal son considerados mestizos.                                                       

Con el tiempo, los españoles nacidos en el Nuevo Mundo, conocidos como criollos, se hartaron de la administración colonial y su exigencia de impuestos, y comenzaron a concebirse a sí mismos como mexicanos. Comenzaron el movimiento en búsqueda de Independencia en 1810. El ala radical de dicho movimiento, liderada por José María Morelos, Vicente Guerrero y el cura Miguel Hidalgo, incluyó a muchedumbres de pobres en sus ejércitos y luchó por la igualdad y el fin de la esclavitud. Los independentistas conservadores alcanzaron el poder en 1821 e intentaron conservar la jerarquía social, incluido el sistema de haciendas, sin los señores españoles. Las batallas del siglo XIX entre liberales y conservadores continuaron el conflicto entre el mantenimiento de un sistema de privilegios arraigados y la apertura hacia el desarrollo capitalista y la expansión de la clase media.

Porfirio Díaz: Orden y progreso

Porfirio Díaz llegó al poder en 1876 e impuso un régimen autoritario, cortejó la inversión extranjera y presidió una era de expansión económica para el beneficio de la élite. Gobernó México con puño de hierro hasta 1911, cuando la Revolución mexicana lo derribó. Los inversionistas estadounidenses y europeos compraron concesiones para la mayoría de los recursos naturales mexicanos, incluido el petróleo, la minería y la tala de madera, junto con inmensas extensiones de tierra, en particular en el árido norte. La población local había utilizado gran parte de este suelo como tierras de pastoreo y fuente de recursos forestales antes de que se privatizara, parcelara y vendiera. El cercado de las tierras comunes y el nombramiento de forasteros como jefes políticos locales enardeció a las comunidades contra el régimen.[5] Phelps Dodge explotó una mina de cobre cerca de Nacozari, Sonora, y el coronel William C. Greene compró la mina de cobre en Cananea, que reclutó trabajadores de las zonas fronterizas y más allá.

Díaz gobernaba implacablemente. Impuso duras penas a las protestas y amordazó a la prensa de oposición. Colocó gobernadores y autoridades municipales en puestos que, anteriormente, habían sido elegidos por las comunidades, y envió a sus allegados a gobernar estados distantes. Atrajo inversionistas extranjeros para construir ferrocarriles y los trenes sacaron los recursos naturales de México del país: madera, cobre y otros minerales, algodón, azúcar, henequén y maderas duras tropicales.[6] La transferencia de riqueza empobreció a las economías locales y enriqueció a la élite. El ferrocarril conectó a la Ciudad de México con El Paso, Texas, y produjo un boom económico, que facilitó la minería y las exportaciones de ganado a los Estados Unidos, y aumentó el valor de la propiedad. La derrota final de Gerónimo en 1886 significó el fin de las incursiones apaches y la población de Chihuahua se incrementó. Los trenes también trajeron tropas para someter no sólo a los apaches, sino también las huelgas y las rebeliones en los pueblos. También ofrecieron a los pobladores los medios de escapar y transportaron a trabajadores ferrocarrileros con ideas y periódicos radicales, como Regeneración. [7]

La modernización permitió la explotación más eficiente de los pobres. Ocho mil yaquis de Sonora fueron capturados y transportados a Yucatán para trabajar como esclavos en los campos de henequén.[8] Las deudas de otros trabajadores los convirtieron en esclavos de la tienda de la empresa. Cuando las haciendas cambiaban de dueño, se enlistaba a los peones en el contrato de venta, junto con el ganado y el equipo. El saqueo del campo dio suministros a la industria y las ciudades, se forzó a los peones al trabajo asalariado y la esclavitud, mientras que a otros se les enlistó forzosamente en las filas de un ejército corrupto y abrumado por los oficiales. Los beneficios de la expansión moderna recayeron sobre los ricos y la nueva clase media urbana, mientras que la población rural pasaba hambre.                           

El Partido Liberal Mexicano se fundó en 1901 para oponerse a la dictadura, y el periódico Regeneración fue su principal herramienta de agitación y organización. Su figura central fue Ricardo Flores Magón, quien huyó al exilio en EE. UU. en 1904 y trajo el periódico consigo. Entre otros líderes, se encontraban su hermano, Enrique Flores Magón, así como Juan Sarabia, Librado Rivera, Antonio Villarreal y Lázaro Gutiérrez de Lara. Regeneración promovió un ideal positivo de sociedad organizada a través de la cooperación; sin jefes, curas, propietarios ni políticos. Su lema era Tierra y Libertad, que llegaría a convertirse en el lema de la Revolución Mexicana. 

Los magonistas organizaron clubes liberales y publicaron periódicos a ambos lados de la frontera. Obligados al exilio, trajeron sus ideales con ellos y pelearon no sólo por un cambio de régimen en México, sino por los trabajadores en todas partes: “…la causa del esclavo del salario contra su amo no conoce fronteras; no es un problema nacional, sino un conflicto universal; es la causa de todos los desheredados en todo el mundo, de todos los que deben trabajar con sus manos y cerebro para llevar el pan a su familia”.[9] Especialmente activos entre los mineros de la frontera, sufrieron la represión de los gobiernos de México y EE. UU. Agentes de ambas naciones los espiaron, encarcelaron, golpearon y torturaron, y una y otra vez, destruyeron sus imprentas. La ferocidad de las fuerzas lanzadas contra ellos ahondó su compromiso.[10] 

El PLM tuvo un capítulo importante en Douglas, Arizona: el Club Libertad, fundado en agosto de 1905 y aceptado por la Junta, el liderazgo del PLM, a comienzos de 1906.[11] Para el verano, tenía aproximadamente 300 miembros. ¿Quién se unió club? Cuando Phelps Dodge y Calumet & Arizona trasladaron sus fundiciones de cobre de Bisbee a Douglas y las conectaron con las minas cercanas por medio de un ferrocarril, una nueva ciudad creció de la noche a la mañana. Cerca de trescientos trabajadores siguieron su empleo y se convirtieron en el núcleo de la comunidad mexicana local. Se agruparon en el área más cercana a la frontera, al sur de la zona roja, al sur de la Sixth Street (o Green Street); alrededor de la Seventeenth Street en un barrio que los anglosajones llamaban Ragtown, o en la Seventh Street cerca de la C Avenue; también en Pirtleville, o Pueblo Nuevo, un asentamiento no incorporado cerca de la fundición.[12]

Aunque el documento fundador del club no hablaba explícitamente de los trabajadores, sus miembros eran obreros, artesanos y dueños de pequeños negocios. Formaban parte de un ejército de trabajadores mexicanos que migraron a lo largo de la frontera, desde Cananea y Nacozari hasta Clifton–Morenci, Bisbee, y Patagonia, y más allá. La rotación en la minería y las industrias relacionadas era alta; antes de 1910, la mayoría de los mineros occidentales conservaba su trabajo durante menos de dos años.[13] Amplias redes comunitarias se desarrollaron entre los campamentos mineros y los campos agrícolas, y entre ciudades. Los organizadores del PLM formaban parte de esas redes y llevaban Regeneración con ellos a medida que se movían de un campo a otro.[14]

La minería era un trabajo cualificado, con prospectores independientes y gambusinos que buscaban oro y plata en el interior. Los mineros mexicanos de Sonora y Chihuahua llevaron sus habilidades a Arizona y usaron tecnología tradicional para construir las primeras fundiciones. Con la invención de la electricidad y la demanda de alambre de cobre, la minería de cobre se industrializó, por lo que requirió enormes cantidades de capital para invertir no sólo en minas, sino en concentradores, molinos, fundiciones y ferrovías, además de las multitudes necesarias de trabajadores. Los anglosajones, sin importar su experiencia, recibían un trato preferencial, mientras que a los mexicanos se les consideraba mano de obra “no cualificada”. Todos los mineros estaban sujetos a una disciplina que calculaba cómo extraer el máximo esfuerzo por una mínima recompensa, pero las condiciones industriales también unieron a las personas y facilitaron su organización.[15]

Los trabajadores ferrocarrileros y de la fundición que formaron el Club Libertad se juntaran por amor a su tierra natal, pero también para pelear por sus derechos como trabajadores. Publicaron su propio periódico, El Demócrata, y distribuyeron Regeneración. Se reunían una o dos veces por semana. Tenían un lugar de reunión, al que describían como la Halfway House [Casa a Medio Camino], probablemente una cantina en la escasamente patrullada frontera entre Douglas y Agua Prieta. El área se describía también en ocasiones como “oro y plata”, o el lugar donde los dólares respaldados por el oro de EE. UU. se encontraban con los pesos de plata mexicanos. La dirección oficial del Club era Ferrocarril número 9, el hogar de Lázaro Puente y Antonio de Pío Araujo, dos de los fundadores. Sus reuniones, como aquellas de las asociaciones mutualistas, cumplieron varias funciones sociales, políticas y económicas, puesto que los mexicanos se veían excluidos de las instituciones anglosajonas. Algunas veces, la policía enviaba espías, por lo que convirtieron sus reuniones en sesiones de planificación para celebrar días festivos patrióticos.[16] El Club Libertad y otros similares desempeñaron un papel importante en la instrucción y radicalización de todos los trabajadores, tanto anglosajones como mexicanos, y otros migrantes.

Huelga en la mina de cobre de Cananea, junio de 1906

El 1 de junio de 1906, los trabajadores mexicanos se fueron a la huelga en la mina de Cananea, con demandas de una jornada de ochos horas e igualdad con los empleados estadounidenses, a quienes se pagaba el doble en dólares y tenían mucho mejores condiciones de vida y trabajo. La élite sonorense insistía en los bajos sueldos para la mano de obra mexicana, con el fin de que siguiera habiendo peones disponibles para el trabajo agrícola. Los organizadores de la huelga estaban asociados con el PLM y estrechamente vinculados con el Club Libertad de Douglas. El PLM en Cananea tuvo dos clubes y un periódico, El Centenario.[17] 

Los trabajadores marcharon por la ciudad y se reunieron en el aserradero, donde la empresa los golpeó con las mangueras contra incendios y le disparó a varios. Los huelguistas incendiaron el aserradero, mataron a los administradores y a varios empleados, y se dirigieron a las casas de empeño para reunir armas de fuego. Las escaramuzas esporádicas continuaron durante toda la tarde y toda la noche. La empresa envió trabajadores suplentes y pidió apoyo a Phelps Dodge en Bisbee y al gobernador de Sonora. Phelps Dodge ayudó a los Rangers de Arizona a organizar un equipo de “voluntarios” en Bisbee, y el gobernador de Sonora los condujo a través de la frontera en Naco. (Los Rangers de Arizona se habían creado en 1901 para lidiar con “emergencias” públicas como las huelgas.) Los Rangers llegaron a Cananea a la mañana siguiente por tren y mantuvieron guardia alrededor de las instalaciones de la empresa. Las tropas montadas mexicanas llegaron esa tarde. Los tiros dispersos y los actos de sabotaje continuaron hasta que los mineros enviaron a los miembros del PLM a negociar. El gobernador de Sonora impuso la ley marcial y envió a los líderes de las huelgas a la cárcel de San Juan de Ulúa, en el Golfo de Veracruz. Luego de la huelga, la empresa introdujo tecnología nueva para minimizar la necesidad de mano de obra humana.[18] Los Rangers partieron pacíficamente, pero el daño estaba hecho: se había desplegado a tropas estadounidenses contra trabajadores mexicanos en suelo mexicano.

Redada en la sede general del PLM en septiembre de 1906

El PLM publicó su programa en julio de 1906, en el cual exigía reformas radicales, lo cual incluía educación, libertades civiles y una jornada de ocho horas.[19] La demanda de ejidos, es decir, tierras colectivas, que debían arrebatarse a las tierras ociosas de los grandes propietarios, no podía cumplirse sin amenazar los intereses de los EE. UU. y avivar la guerra de clases.

En septiembre de 1906, cuatro años antes de que se desencadenara la Revolución Mexicana, el PLM intentó una serie de revueltas armadas contra Porfirio Díaz. Una se produjo en Veracruz y las otras fueron incursiones desde los EE. UU., lo que muestra la importancia de la frontera para la organización transnacional revolucionaria. Los revolucionarios en Douglas, Cananea y Patagonia planearon ocupar las aduanas de Agua Prieta y Nogales, con la esperanza de que los mineros de Cananea se levantarían y vengarían su reciente derrota. En el lado de EE. UU., desde hacía bastante tiempo habían participado en el contrabando de armas a sus camaradas de México. Douglas era un centro ferrocarrilero para el sur y el norte, y el club de Douglas mantenía estrechas conexiones con revolucionarios en Cananea, Clifton-Morenci-Metcalf, y más allá.[20] El 4 de septiembre de 1906, los Rangers montados de Arizona, comandados por el mismo capitán Thomas Rynning que los había llevado a Cananea, llevaron a cabo una redada en el Club Libertad, en el hogar de Luis García. Arrestaron a 17 personas. Los atacantes capturaron una gama de armas, que incluía paquetes de dinamita, varias pistolas y dos banderas rojas. Agentes del gobierno de EE. UU y del gobierno de Sonora se habían infiltrado en el club. 

Entre los artículos incautados se encontraban los documentos del club, incluida una carta escrita por Ricardo Flores Magón a Tomás Espinosa, donde se nombraba a éste jefe de la revolución en Cananea, Douglas y Nacozari, y se le daba la orden de apropiarse de dos mil rifles en el sótano de la tienda de la empresa en Cananea.[21] La carta se convirtió en evidencia durante el juicio en Flores Magón en Tombstone por violar la neutralidad de los EE. UU., en 1909. Después de la redada, Estados Unidos deportó a Luis García y a sus compañeros, y el Estado mexicano los envió a San Juan de Ulúa, la célebre prisión frente a la costa de Veracruz, donde se unieron a los líderes de la huelga en Cananea. La mayor parte de lo que sabemos acerca de la redada proviene del capítulo que García escribió en Las Tinajas de Ulúa, el cual describe las condiciones barbáricas en la prisión colonial, que había sido una fortaleza en el Golfo de Veracruz. Las celdas estaban tan inundadas que las llamaban tinajas, es decir, tinas de agua, y el agua marina del Golfo que inundaba la prisión estaba contaminada por excremento de las alcantarillas de la ciudad.[22]

Las revueltas de 1906 fracasaron, pero la revolución estaba en camino. Las autoridades de Clifton informaron que “…setenta y cinco o cien mexicanos… salieron de este distrito,” portando armas, en camino hacia la revolución.[23]

Entre los revoltosos que continuaron una labor de agitación estaba Práxedis Guerrero. Hijo de un propietario de Guanajuato, rechazó el entorno de privilegio en el que nació y se convirtió en un obrero y un radical; se unió al PLM y se mudó a los EE. UU. a la edad de 22 años. Trabajó como periodista, estibador, leñador y minero. En Morenci, durante el verano de 1906, organizó el Club Obreros Libres, que se vio infiltrado por un espía enviado por el cónsul mexicano. Cuando lo despidieron por su labor de organización, se trasladó a Douglas para trabajar con el Club Libertad.[24] Murió más tarde en una de las primeras batalla de la Revolución Mexicana.

El secuestro de Manuel Sarabia, 1907

Sabemos que el club de Douglas continuó después de la redada de 1906 porque en 1907, Manuel Sarabia, una importante figura en el PLM, estaba en Douglas, trabajando como pintor bajo el nombre ficticio de Sam Moret. El 30 de junio, un ranger de Arizona lo arrestó a punta de pistola y lo retuvo en el ayuntamiento. Esa noche, las autoridades lo ataron y colocaron en una carreta, y lo condujeron al otro lado de la frontera, donde lo amarraron a una mula para el viaje a Naco, de donde lo trasladaron a Hermosillo. Había conseguido gritar su nombre en el momento de su secuestro y la noticia se esparció. Contaba con muchos simpatizantes en Douglas, quienes formaron un comité ciudadano que envió un telegrama al presidente Theodore Roosevelt.[25] La lideresa obrera Mother Jones estaba en Douglas en ese momento, apoyando una huelga en Bisbee y organizando a los trabajadores de las fundiciones. Viajó a Phoenix y se reunió con el gobernador de Arizona en nombre de Sarabia, mientras los clubes liberales a lo largo del país apelaban a las autoridades federales.[26]      

Los gobernadores de Arizona y Sonora aceptaron liberar a Sarabia y ocho días después del secuestro, Harry Wheeler, que más tarde estuvo a la cabeza de la Deportación de Bisbee, viajó a Hermosillo para devolverlo a casa. El cónsul mexicano en Douglas fue imputado por secuestro, pero se retiraron los cargos.[27] El caso atrajo atención internacional a la persecución que sufrían los miembros del PLM en los EE. UU., a manos de las autoridades mexicanas.                                                                    

¿Por qué los EE. UU. se coludieron con los rufianes de Porfirio Díaz para secuestrar a un impresor en la calle? La colaboración se produjo porque el PLM estaba suscitando protestas a lo largo de la frontera y porque el régimen de Díaz había hecho tratos con el gobierno de EE. UU. para reprimir a los trabajadores siempre y dondequiera que se organizaran. Enrique Creel, embajador en los EE. UU., gobernador de Chihuahua y miembro de una de las familias más ricas de México —la cual mantenía lazos cercanos con los banqueros de Nueva York—, coordinó la vigilancia en la frontera norte de México. Contrató a las agencias de detectives de Furlong y Pinkerton para infiltrar, espiar y acosar a los miembros del PLM en los EE. UU., quienes no se rindieron y continuaron publicando la relación de sus problemas.[28]

Además de contra la vigilancia sistemática por parte de detectives privados, los agentes gubernamentales y los informantes pagados, el PLM debía luchar contra el apoyo generalizado al régimen de Díaz por parte de los principales periódicos en los EE. UU. Dos magnates de la industria editorial, William Randolph Hearst y Harrison Gray Otis, poseían vastas propiedades en Chihuahua y Baja California. Los periódicos eran un medio importante de comunicación y formación de la opinión; se pasaban de mano en mano y se leían en voz alta. Por ello, el PLM se esforzó tanto en publicar Regeneración año con año.

¿Por qué se rescató tan rápido a Sarabia? El movimiento obrero en EE. UU. se movilizó para apoyarlo y el secuestro se convirtió en un incidente internacional. Durante los primeros años del siglo XX, el trabajo se industrializó, concentró y organizó de acuerdo con sus propias condiciones, y exigió cambios e incluso la emancipación. El organizador sindical Eugene Debs se postuló para presidente como candidato del Partido Socialista cinco veces entre 1900 y 1920.

En junio de 1908, el PLM organizó otra revuelta armada contra Díaz. Práxedis Guerrero encabezó alrededor de 60 grupos armados, pero habían sido infiltrados y los líderes fueron arrestados. Se produjeron tres batallas, dos en Coahuila y otra en Palomas, Chihuahua. Una vez más, el ejército federal derrotó a las fuerzas del PLM mientras que sus militantes en los EE. UU. eran arrestados antes de que pudieran entrar en acción.[29] 

Los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW)

Cuando la Junta del PLM pasó al exilio, no se mantuvo ajena a su nuevo hogar, sino que se esforzó por propiciar la emancipación de los trabajadores en cualquier lugar. El PLM disfrutó de una larga asociación tanto con el Partido Socialista como con los Trabajadores Industriales del Mundo, así como con pequeños grupos locales.[30]

La historia de su influencia en el movimiento obrero de EE. UU. todavía no se ha contado. Las conmemoraciones del centenario de la Deportación de Bisbee en 1917 se concentraron en el papel del IWW, un recién llegado a Bisbee, e ignoraron la presencia de los organizadores del PLM y las contribuciones de los mineros mexicanos radicalizados en otras minas regionales, aunque un número sustancial de los deportados era de ascendencia mexicana y el PLM había organizado un club liberal allí.[31] 

Los Estados Unidos tienen un largo historial de separar a las personas de acuerdo con su raza u origen étnico o nacional. Los empleadores favorecían a los trabajadores de Europa septentrional, a quienes se consideraba “americanos” o “blancos” o, en el Suroeste, “anglosajones,” y conservaban a los mexicanos y los trabajadores migrantes en trabajos separados. El sistema doble de sueldos significaba que los empleadores le pagaban a los trabajadores anglosajones aproximadamente el doble de lo que le pagaban a los mexicanos. Incluso en los campamentos distantes, las zonas de vivienda estaban segregadas. Con demasiada frecuencia, los trabajadores blancos preferían el privilegio de favores relativos y la ilusión de la superioridad racial, en vez de unirse con sus compañeros trabajadores. Durante la llamada era progresista de Arizona, el gobernador Hunt, la American Federation of Labor, la Western Federation of Miners y el Partido Socialista, que incluía a Rosa McKay, apoyaron la Ley del Ochenta por Ciento, que exigía a las empresas contratar por lo menos un 80 % de trabajadores que hablaban inglés, entendidos como mano de obra “estadounidense”. Esta ley se aprobó, pero fue derribada por los tribunales distritales.[32] Las empresas mineras estaban en contra, pues dependían de la labor de los inmigrantes.       

¿Qué queremos decir con “mexicano”? Ello incluye a los residentes de largo plazo de la frontera, hispanos de Nuevo México y personas cuyos padres nacieron en los que antes era México y “después” se convirtió en los EE. UU., junto con migrantes de Sonora, Chihuahua y la región central de México. Muchos individuos cruzaban la frontera por temporadas y volvían a casa para sembrar y cosechar. Muchos eran indígenas que hablaban español como segunda lengua. Eran las empresas las que consideraban a estas poblaciones distintas como genéricamente mexicanas, lo que se indicaba con una “M” en los registros de nómina, sin importar su lugar de nacimiento o ciudadanía. Incluso los trabajadores de España eran considerados mexicanos en ocasiones.[33] 

La mayoría de los líderes laborales anglosajones favorecían la exclusión y el mantenimiento del privilegio relativo; otros reconocían la importancia de la inclusión y la solidaridad. El sindicalismo conservador protegía a unos pocos a costas de la mayoría. Mientras los trabajadores blancos apoyaran que hubiera sueldos más bajos para los mexicanos, podría obligarse a los mexicanos a ser esquiroles, pero la amenaza de la sustitución étnica solo podía usarse contra trabajadores que se veían entre sí como enemigos. Algunos de los trabajadores anglosajones provenían de la Fiebre del Oro en California, donde se había linchado a los mineros mexicanos con mayor experiencia y se les había alejado de los campos. Otros eran originarios de los antiguos estados confederados del Sur, lo cual incluía a texanos dueños de esclavos, quienes establecieron el Partido Demócrata en Arizona como un vehículo para la segregación de las leyes Jim Crow y “campamentos de hombres blancos”, como Bisbee.[34] 

Estaba también la cuestión de la justicia histórica. Los bancos y las corporaciones estadounidenses habían estado saqueando los recursos naturales de México, incluida la potencia de su mano de obra, desde 1848. En 1914, la agitadora obrera Mother Jones visitó El Paso y le dijo a los trabajadores anglosajones que se quejaban de que los mexicanos les quitaban el trabajo: “Ustedes votaron por los piratas que fueron a México y les arrebataron la tierra. Ustedes le ocasionaron a los mexicanos un infierno, así que ellos tienen el derecho de devolvérselo”.

A medida que la minería se industrializaba, la actividad sindical se filtraba por los campamentos occidentales. En 1903, mineros predominantemente mexicanos atacaron la mina y la fundición de cobre en Clifton-Morenci sin apoyo de ningún grupo de trabajadores oficial. Se organizaron a través de mutualistas, sociedades flexibles de ayuda mutua que surgieron para desempeñar una gama de funciones educativas, sociales y políticas. Las mutualistas florecieron donde la vida social y la vivienda se encontraban segregadas, y donde los mexicanos se veían excluidos de las escuelas, alojamientos e iglesias. Ofrecieron a las mujeres y a las familias una forma de participar más allá de la iglesia y la calle.

El gobernador del territorio envió tropas y puso a los empleadores en acción contra los huelguistas. Las lluvias torrenciales bajaron por la montaña y arrastraron el centro de Clifton, lo que puso fin a la huelga. Nadie arrestó a ningún líder anglosajón, pero los tribunales enviaron a diez líderes de la huelga mexicanos y cuatro italianos a la prisión territorial en Yuma, entre ellos Abraham (Abrán) Salcido, quien se reunión con miembros del PLM y leyó Regeneración mientras estaba encarcelado allí. Más tarde, él mismo se convirtió en un líder del PLM en Douglas y Cananea. La huelga concluyó, pero los mineros, en su mayoría mexicanos, pusieron un ejemplo de solidaridad, tenacidad y disciplina.[35]

El sindicato de los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW o wobblies) se formó en 1905 y no era como los demás sindicatos. El término “industrial” significa que su misión es organizar a todos los trabajadores en un solo gran sindicato, no sólo a aquellos de un oficio o comercio particular. Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, el IWW tenía un poderoso aliciente sobre los trabajadores de las fábricas en el noreste y entre los mineros, leñadores y agricultores en el oeste. Ellos propugnaban la guerra de clases, lo que incluía el sabotaje, y su constitución establecía que: “La clase trabajadora y la clase patronal no tienen nada en común. No puede haber paz mientras el hambre y la necesidad se encuentren entre millones de trabajadores y unos cuantos, quienes constituyen la clase patronal, tienen todas las cosas buenas de la vida”.[36]      

El IWW organizó una base de habla española en Phoenix en 1906, donde publicó La Unión Industrial. El grupo de Phoenix era dirigido por el herrero Fernando Velarde, quien probablemente era pima, y también se unió al Partido Socialista, al Partido Socialista del Trabajo y al PLM. Muchos activistas eran miembros tanto del IWW como del PLM, ya que ambos grupos fomentaban la doble membresía. Las vidas de los organizadores eran precarias y continuamente nómadas, a medida que dirigían vagones de carga a lo largo del suroeste. Fernando Palomares, nacido en Sinaloa e indígena del grupo mayo, era un organizador trilingüe del IWW y el PLM. Solía usar como firma el nombre “El Proletario Mayo”, demostrando orgullo tanto por su herencia indígena como por su estado como trabajador. Participó en la lucha por la libertad de expresión del IWW en todo el oeste.[37] Rosendo Dorame, nacido en Florence, Arizona, y posiblemente un indígena ópata, también participaba en la organización a lo largo del suroeste. En 1911, Dorame dirigió una excursión armada a México. Fue arrestado en 1912, condenado por violar las leyes de neutralidad y encarcelado en Leavenworth por un año. Él y Palomares organizaron una huelga del IWW en la fundición de Asarco en El Paso y estuvieron presentes en Bisbee en 1917. En Bisbee, donde el PLM organizó el Club Ignacio Zaragoza, el IWW vendía Regeneración y el sheriff llamaba a los huelguistas mexicanos “magonistas”.[38] En Los Ángeles, el IWW formó una rama completamente mexicana. Regeneración incluía con frecuencia artículos en inglés y en otros idiomas.[39]    

Las mujeres formaron clubes femeninos del PLM, contrabandeaban armas y periódicos, cantaban en los mítines, recaudaban dinero y formaron grupos de apoyo para los prisioneros. Las dos hermanas del miembro de la Junta Antonio Villarreal eran activistas de tiempo completo y publicaron La mujer moderna y, posteriormente, El Obrero.[40] Toda la familia de Josefina Amador pertenecía tanto al IWW como al PLM. Ella pasaba armas a través de la frontera para los revolucionarios y cantaba la “Marsellesa Anarquista” con la tonada del himno revolucionario francés, “La Marseillaise”.[41] La compañera de Ricardo Flores Magón, María Brousse, y su hija, Lucía Norman, fueron esenciales para la supervivencia de Regeneración y el PLM en Los Ángeles, en particular durante los años de Flores Magón en prisión.

La represión emprendida contra el PLM, los juicios, el secuestro de Sarabia y la exposición de México Bárbaro, en combinación con el apoyo de Mother Jones y otros izquierdistas prominentes, hicieron del PLM una causa popular entre los progresistas de los EE. UU.

Últimos años

Tres tradiciones nutrieron la ideología del PLM: el liberalismo mexicano, el anarquismo europeo y el comunalismo indígena. Después de la Independencia de México de España en 1821, conservadores y liberales lucharon hasta que Porfirio Díaz llegó al poder en 1876. Los conservadores lucharon por el antiguo régimen, la Iglesia y los grandes terratenientes. Los liberales lucharon por separar la Iglesia y el Estado, y por poner un fin a los privilegios feudales. Había un fuerte componente de antiimperialismo en la tradición liberal, dados los lazos del antiguo régimen con España y Francia. Es en este sentido que Ricardo Flores Magón y sus camaradas se llamaban a sí mismos “liberales.”

La obra de Peter Kropotkin, el anarquista ruso, y su sociedad ideal basada en la ayuda mutua, en vez del individualismo competitivo, también influyeron en el PLM. Sus integrantes seguían las ideas de Mijaíl Bakunin y Pierre-Joseph Prudhomme, quien consideraba que “la propiedad es un robo”. Su anarquismo se encontraba muy cerca de las tradiciones comunales de los pueblos indígenas mexicanos, que trabajaban la tierra en común, elegían líderes entre los suyos y rechazaban la modernidad.[42] La ideología del PLM evolucionó a lo largo de los años y en 1911, durante las fases iniciales de la revolución, Ricardo Flores Magón declara abiertamente su anarquismo.[43]                                                       

El PLM se enfrentaba a un hidra de tres cabezas: la propiedad privada, la autoridad gubernamental y la Iglesia. Sus miembros creían en el igualitarismo radical y rechazaban el voto y el sistema electoral. Defendían los derechos de las mujeres, el control natal y el “amor libre”: libre del matrimonio, querían decir. Al ser revolucionarios de tiempo completo, vivían y trabajaban juntos, sin importar su estado civil o lazos familiares, lo que creaba una nueva especie de familia y una asociación cooperativa ejemplar. Durante varios años, algunos de los líderes vivieron juntos en una comuna agraria a las afueras de Los Ángeles.[44] De acuerdo con Claudio Lomnitz, “el comunismo no era una utopía sino una realidad diaria, creada por la necesidad de juntar los recursos (…) para hacer explotar las estructuras familiares tradicionales, al grado de admitir a perfectos extraños a sus situaciones más íntimas, y (…) crear objetivos trascendentes ante el desmoronamiento de la moralidad, las costumbres y los hábitos tradicionales”.[45] 

En Los Ángeles, donde la Junta se estableció en 1906, se volvieron miembros cercanos del Partido Socialista, que incluía a John Kenneth Turner y Ethel Duffy Turner, los cuales lideraron una campaña comunitaria de solidaridad internacional llamada la Causa Mexicana.[46] En 1908, John Kenneth Turner viajó a través de la república para informar sobre las condiciones enfrentadas por los yaquis de Sonora, quienes estaban siendo capturados y deportados para trabajar como esclavos en las plantaciones de henequén (agave) en Yucatán, en el sur. En las grandes llanuras de Canadá y los EE. UU., las granjas usaban las fibras de henequén para atar pacas de trigo. El estado de Sonora había emprendido desde hacía mucho tiempo una guerra de exterminio contra los yaquis, y éste era un frente más. Los artículos de Turner, publicados en el libro México Bárbaro, vendieron millones de copias y despertaron en el público lector de los EE. UU. recuerdos de la esclavitud y el Sendero de lágrimas. México Bárbaro fue una poderosa denuncia tanto del régimen porfirista como de sus inversionistas y socios estadounidenses.[47] Durante varios años, algunos miembros del grupo se trasladaron a Tucson y publicaron The Border, una mezcla de revista de novedades y exhortaciones políticas serias.[48]

El juicio en Tombstone de Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y Antonio Villarreal se produjo en mayo de1909, mientras el apoyo al PLM se encontraba en su apogeo. Sin embargo, el veredicto del jurado fue en su contra. La evidencia consistía en dinamita, armas y correspondencia confiscada durante la redada en Douglas de 1906, además del testimonio de un espía del gobierno de Sonora, que cometió perjurio en el estrado. El juicio de tres días fue un espectáculo de pirotecnia retórica. En algún momento, Teresa Villareal gritó en defensa de su hermano y la arrastraron fuera del tribunal. La prensa dominante estaba en contra del PLM, el juez era parcial y no había mexicanos —ni trabajadores— en el jurado. Sentenciaron a los tres a dieciocho meses de cárcel por conspiración y violación de las leyes de neutralidad.[49]

Cuando la Revolución Mexicana finalmente se desató en noviembre de 1910, la influencia del PLM dentro de la República se había agotado, aunque tuvo un impacto duradero en Emiliano Zapata y la comuna de Morelos. Su lema, Tierra y Libertad, tuvo una influencia difusa, pero duradera, en partidarios de la izquierda de toda índole. Inspiró las disposiciones más radicales de la Constitución de 1917, en particular la Reforma Agraria. La Constitución se redactó mientras aún se libraban combates en el campo y era más radical que el régimen que llegó al poder.

En 1911, el PLM dirigió una incursión breve y caótica a Baja California, donde retuvo Mexicali y Tijuana durante meses con un grupo variopinto de wobblies, oportunistas extranjeros y aventureros. La participación de EE. UU. en la aventura dejó al PLM vulnerable a las acusaciones de permitir que se cumpliera la amenaza de anexión de Baja California a los EE. UU.[50]              

Seis meses después del comienzo de la Revolución, cuando Porfirio Díaz —quien había sido el objetivo principal del PLM— renunció, el PLM perdió su enfoque. Francisco Madero, un rico terrateniente, llegó al poder y le ofreció la vicepresidencia a Ricardo Flores Magón, como reconocimiento a su largo trabajo de agitación contra Díaz, pero Flores Magón la rechazó. Esto dividió al PLM, puesto que muchos en la Junta apoyaban la plataforma de reformas de Madero, que se aproximaba al programa de 1906 del PLM, aunque las acciones de éste eran mucho más radicales. Muchos militantes de larga trayectoria se unieron a las fuerzas de Madero, lo que llevó a Flores Magón a maldecirlos como traidores. El Manifiesto de 1911 y su declaración de principios anarquistas distanció a muchos antiguos aliados en el Partido Socialista. Si bien el PLM gozaba de un amplio apoyo en México debido a los muchos años en que publicaron Regeneración, no contaban con fuerza militar y su base estaba en los EE. UU., por lo que se vieron eclipsados y relegados por los turbulentos eventos para los cuales se habían preparado tanto.[51]                

En 1918, Ricardo Flores Magón y Librado Rivera fueron arrestados una vez más y condenados por violar la Ley de Espionaje de 1917. Flores Magón fue condenado a veinte años de prisión —una sentencia de muerte—y Librado Rivera a quince. Finalmente, se transfirió a ambos a la prisión federal en Leavenwoth, Kansas. Flores Magón renunció tanto a una pensión ofrecida por el nuevo gobierno mexicano —porque provenía del Estado— como a un indulto, porque hubiera tenido que admitir culpa. En prisión, cantó la Internacional y La Marseillaise después de despertar cada mañana y continuó su correspondencia habitual, que le ocupaba todo el día.[52]

El 21 de noviembre de 1922, Ricardo Flores Magón murió a los 48 años de un ataque al corazón propiciado por negligencia médica. Era diabético, tenía tuberculosis, estaba casi ciego y había padecido durante mucho tiempo debido a la desnutrición y el exceso de trabajo. Había pasado más de la mitad de sus años de exilio, desde 1904 hasta 1922, en la cárcel. Su cuerpo regresó a la Ciudad de México gracias al sindicato de ferrocarrileros y recibió homenajes tumultuosos en cada parada. Fue enterrado en la Rotonda de las Personas Ilustres.[53]

Conclusión

El principio del siglo XX fue una época de intensa polarización de clases, junto con vastas migraciones y frecuentes destierros. La mayoría de las historias sobre conflictos sociales y laborales se han centrado ya sea en México o en los Estados Unidos. El enfoque en el Partido Liberal Mexicano como una red revolucionaria involucrada en una lucha circular en un espacio transnacional entreteje las historias de ambos países.

© Elizabeth Henson. Por favor, solicite permiso de la autora antes de reproducir este contenido.

* Elizabeth Henson recibió un doctorado en historia por parte de la University of Arizona en 2015. Actualmente participa en el desarrollo del Proyecto de Historia Oral de Douglas.

[1] Elizabeth Henson, Agrarian Revolt in the Sierra of Chihuahua, 1959–1965 (Tucson: University of Arizona Press, 2019).

[2] Nota sobre las fuentes: Este artículo es un esbozo amplio de eventos históricos complejos y cambios a lo largo del tiempo. Existe una enorme cantidad de estudios sobre el PLM, el trabajo mexicano en el área fronteriza, los mineros y los wobblies, y podría citar varias fuentes para la mayoría de los párrafos. Intento indicar las opciones más provechosas para los lectores que deseen profundizar. Las fuentes están, en su mayoría, escritas en inglés.

[3] Para consultar una historia general del PLM en los Estados Unidos, consúltese Claudio Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón (New York: Zone Books, 2014); Ward S. Albro, Always a Rebel: Ricardo Flores Magón and the Mexican Revolution (Fort Worth: Texas Christian University Press, 1992); W. Dirk Raat, Revoltosos: Mexico’s Rebels in the United States, 1903–1923 (College Station: Texas A&M University Press, 1981); Chaz Bufe y Mitchell Cowen Verter, Dreams of Freedom: A Ricardo Flores Magón Reader (Oakland: AK Press, 2005) y archivomagon.net (en español).

[4] En relación con el siglo XIX, véase Colin M. MacLachlan y William H. Beezley, Mexico’s Crucial Century, 1810–1910 (Lincoln: University of Nebraska Press, 2010) y Paul J. Vanderwood, Disorder and Progress: Bandits, Police, and Mexican Development (Wilmington, Delaware: Scholarship Resources, 1992).

[5] Véase Mark Wasserman, Everyday Life and Politics in Nineteenth Century Mexico: Men, Women, and War (Albuquerque: University of New Mexico Press, 2000), parte III, “The Age of Order and Progress”.

[6] John Mason Hart, Empire and Revolution (Berkeley: University of California Press, 2002).

[7] John H. Coatsworth, Growth Against Development: The Economic Impact of Railroads in Porfirian Mexico (DeKalb: Northern Illinois University, 1981).

[8] John Kenneth Turner, Barbarous Mexico (Austin: University of Texas Press, 1969, publicado originalmente en 1910; existen también numerosas traducciones al español con el título México bárbaro).

[9]  “The Mexican Liberal Party to the Workers of the United States of America, November 7, 1914”, Mother Earth, abril de 1915, p. 86.

[10] Justin Akers Chacón, Radicals in the Barrio: Magonistas, Socialists, Wobblies, and Communists in the Mexican American Working Class (Chicago: Haymarket Books, 2018), pp. 148-154.

[11] “Club Libertad de Douglas, Ariz,” http://archivomagon.net/wp-content/uploads/e3n2.pdf, consultado el 20 de abril de 2021.

[12] Diana Hadley, “Border Boom Town: Douglas, Arizona, 1900–1920,” The Cochise Quarterly, vol. 17, n.° 3, otoño de 1987, pp. 3-47; Katherine Benton-Cohen, Borderline Americans: Racial Division and Labor War in the Arizona Borderlands (Cambridge: Harvard University Press, 1999), p. 109; Josiah Heyman, “The Oral History of the Mexican American Community of Douglas, Arizona, 1901–1942,” Journal of the Southwest, vol. 35, n.° 2 (verano, 1993), pp. 186206.

[13] Philip J. Mellinger, Race and Labor in Western Copper: The Fight for Equality, 1896–1918 (Tucson: University of Arizona Press, 1995), pp. 11 y 36; Linda Gordon, The Great Arizona Orphan Abduction (Cambridge: Harvard University Press, 1999), pp. 44-52.

[14] Rodolfo Acuña, Corridors of Migration: The Odyssey of Mexican Laborers, 1600–1933 (Tucson: University of Arizona Press, 2007), capítulo 6, “Becoming Mexican” y capítulo 7, “Mexican Miners”; Devra Anne Weber, “Wobblies of the Partido Liberal Mexicano: Reenvisioning Internationalist and Transnational Movements through Mexican Lenses,” Pacific Historical Review, vol. 85, n.° 2, pp. 211-224; Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 211-212 y 280-283.

[15] Josiah Heyman, Life and Labor on the Border: Working People of Northeastern Sonora, Mexico, 1886–1986 (Tucson: University of Arizona Press, 1991), pp. 54-55.

[16] Acuña, Corridors of Migration, pp. 125-127; Raat, Revoltosos, pp. 93-94; Teodoro Hernández, Las Tinajas de Ulúa (Ciudad de México: Editorial Hermida, 1943), capítulo 7, “Relato de Luis García sobre la captura y conducción de los precursores de Sonora,” disponible en http://archivomagon.net/biblioteca-digital/biblioteca-digital-ricardo-flores-magon/, consultado el 6 de agosto de 2020; Ellen Howell Myers, “The Mexican Liberal Party, 1903–1910,” (University of Virginia, 1970), pp. 106-107.

[17] Acuña, Corridors of Migration, pp. 112-118; Raat, Revoltosos, capítulo 3, “A Specter Named Cananea”.

[18] Samuel Truett, Fugitive Landscapes: The Forgotten History of the U.S.–Mexico Borderlands (New Haven: Yale University Press, 2006), pp. 144-149; Raat, Revoltosos, capítulo 3.

[19] Bufe y Verter, Dreams of Freedom, pp. 131-134; Chacón, Radicals in the Barrio, pp. 131-143; http://archivomagon.net/obras-completas/manifiestos-y-circulares/manifiestos-1906/1906-20/1906-20/.

[20] Acuña, Corridors of Migration, pp. 124-137.

[21] “Carta de Ricardo Flores Magón a Tomás Espinosa”, http://archivomagon.net/obras-completas/correspondencia-1899-1922/c-1906/cor95/, consultado el 20 de abril de 2021.

[22] Hernández, Las Tinajas de Ulúa, capítulo 7.

[23] Mellinger, Race and Labor, p. 71.

[24] Práxedis G. Guerrero, Javier Sethness-Castro, ed. y trad., I Am Action: Literary and Combat Articles, Thoughts, and Revolutionary Chronicles (Chico, California: AK Press, 2018); Ward S. Albro, To Die on Your Feet: The Life, Times, and Writings of Práxedis G. Guerrero (Fort Worth: Texas Christian University Press, 1996).

[25] Raat, Revoltosos, pp. 142-145; Albro, Always a Rebel, pp. 81-84.

[26] Mother Jones, The Autobiography of Mother Jones (Chicago: Charles Kerr, 1990), pp. 136-141.

[27] Raat, Revoltosos, pp. 143-145; Mother Jones, The Autobiography; https://revoltososindouglashome. files.wordpress.com/2019/08/the-border-manuel-sarabia-3.pdf.

[28] Raat, Revoltosos, capítulo 7, “The Creel International Detective Agency”.

[29] John Mason Hart, Anarchism and the Mexican Working Class, 1860–1931 (Austin: University of Texas Press, 1987), pp. 100-101.

[30] Colin M. MacLachlan, Anarchism and the Mexican Revolution: The Political Trials of Ricardo Flores Magón in the United States (Berkeley, University of California Press, 1991), pp. 27-28; Weber, “Wobblies”; Chacón, Radicals in the Barrio, pp. 255-262; Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, de principio a fin.

[31] Para la Deportación de Bisbee, http://www.library.arizona.edu/exhibits/bisbee/index.html; Chacón, Radicals in the Barrio, pp. 292-297; Benton-Cohen, Borderline Americans, capítulo 7, “The Bisbee Deportation”, en especial pp. 209-210, y el Cochise County Historical Journal, vol. 47, n.° 1, primavera-verano de 2017, centenario de la Deportación de Bisbee.

[32] Benton-Cohen, Borderline Americans, pp. 83-85 y 201-202; Mellinger, Race and Labor, p. 39.

[33] Josiah Heyman, “Oral History”, pp. 187-190.

[34] Chacón, Radicals in the Barrio, p. 82.

[35] Acuña, Corridors of Migration, pp. 112-118; Linda Gordon, The Great Arizona Orphan Abduction (Cambridge: Harvard University Press, 1999), capítulo 6, “The Strike”; Mellinger, Race and Labor, capítulo 2, “The First Big Strike”.

[36] https://iww.org/assets/iww-constitution.pdf, consultado el 6 de agosto de 2020.

[37] Weber, “Wobblies,” pp. 189-190; Alfonso Torúa Cienfuegos, Fernando Palomares, Indio Mayo, Epístolas libertarias y otros textos (Hermosillo: Universidad de Sonora, 2016).

[38] Benton-Cohen, Borderline Americans, p. 210; Devra Weber, “Keeping Community, Challenging Boundaries: Indigenous Migrants, Internationalist Workers, and Mexican Revolutionaries, 1900–1920”, en John Tutino, ed., Mexico and Mexicans in the Making of the United States (Austin: University of Texas Press, 2012). La autora encontró una referencia al Club Ignacio Zaragoza de Bisbee en archivomagon.net, en una sección que se eliminó posteriormente.

[39] Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 282-283.

[40] Chacón, Radicals in the Barrio, p. 195.

[41] Weber, “Wobblies”, p. 190.

[42] Chacón, Radicals in the Barrio, pp. 143-147.

[43] Bufe y Verter, “Manifesto to the Workers of the World,”, pp. 134-144; Chacón, Radicals in the Barrio, pp. 154-157; http://archivomagon.net/obras-completas/manifiestos-y-circulares/ manifiestos-1911/1911-60/1911-60-2/.

[44] Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 441-443.

[45] Ibid, p. 220.

[46] Ethel Duffy Turner, Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano (Ciudad de México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 2003).

[47] Ibid; Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, capítulo 10, “The People Were the Sacrifice”.

[48] The Border, Tucson, 1908–1909, colecciones especiales, University of Arizona; Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, capítulo 11, “The Border”.

[49] Acuña, Corridors of Migration, pp. 132-133; MacLachlan, Anarchism and the Mexican Revolution, capítulo 2, “Arizona, 1909”; Albro, Always a Rebel, pp. 97-98. En 1999, el Arizona Territorial Justice Program patrocinó una escenificación del juicio: Tombstone Courthouse State Historic Park, Tombstone, Arizona: Forum in the Above Matter, 7 de mayo de 1999, Tombstone, Arizona. Disponible en las colecciones especiales, University of Arizona Law Library.

[50] Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 319-329 y 335-342; Chacón, Radicals in the Barrio, pp. 262-269; Lowell L. Blaisdell, The Desert Revolution, Baja California, 1911 (Madison: University of Wisconsin Press, 1962).

[51] Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 286-292; Chacón, Radicals in the Barrio, capítulo 13, “Socialists, the PLM, and the Mexican Revolution”.

[52]  Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 472-480.

[53]  Albro, Always a Rebel, pp. 149-150; Lomnitz, The Return of Ricardo Flores Magón, pp. 489-492.